Cuando oímos «No al maltrato animal» normalmente nos vienen a la cabeza los golpes, confinamientos en jaulas minúsculas, dejar a los perros sin comida ni agua, o atados durante horas, abandonos,… pero también son todas aquellas cosas que causan dolor a los animales, incluso aquellos instrumentos que hasta hace poco se catalogaban como material de adiestramiento como los collares de adiestramiento.
El collar eléctrico esta compuesto por un transmisor (a modo de mando a distancia) para el propietario y un collar con un receptor con púas a modo de electrodos para el perro. El transmisor dispone de varias funciones y niveles de intensidad de descarga eléctrica que al activarse manda una señal al receptor con las púas en contacto con la piel del perro y lanza una descarga eléctrica.
Tanto puede ser un collar metálico, o de cuerda, o de cuero con la característica común de forma de soga que comprime el cuello cuando se tira de él. De esta forma se impide que el perro vaya en dirección contraria a la que quiere el propietario.
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Se trata de un collar metálico que generalmente contiene unas 18 púas, aunque dependiendo del tamaño del perro se pueden añadir o quitar con la característica común de forma de soga que comprime el cuello cuando se tira de él.
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El área alrededor del cuello de un perro es una de las zonas más vulnerables ya que en ella se encuentran:
Los collares de adiestramiento como los de castigo o ahogo, ya sean de tela o cadena, con o sin pinchos pueden causar o incrementar problemas físicos como:
Además cuando a un perro se le presiona con el collar, se le interrumpe el aporte del oxígeno, con la consecuencia de que se restringe el aporte de oxígeno a otras partes del cuerpo pudiendo ocasionar problemas como problemas de pulmón y del corazón, problemas digestivos, etc.
Además de las heridas por rozaduras o por clavarse las púas, laceraciones profundas, irritaciones,… Sin contar las ocasiones en que se coloca el collar de púas del revés pudiendo causar heridas graves en otros perros al jugar con él.
Los collares de adiestramiento, ya sean los eléctricos, de ahogo o con púas dañan psicológicamente al perro creándole:
Un estudio reciente realizado por la Universidad de Lincoln y financiado por el Gobierno del Reino Unido confirma que los collares eléctricos para perros pueden ser perjudiciales y provocar un notable incremento del estrés en los canes. «Los perros que son entrenados con collares eléctricos están mucho más ansiosos, padecen más estrés y bostezan más; también son menos proclives a interactuar con otros perros y humanos«, explica Jonathan Cooper, coordinador de la investigación y profesor universitario de comportamiento y bienestar animal. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica PLOS ONE.
Además, los investigadores no encontraron diferencias significativas entre lo aprendido por los canes sometidos a los collares electrónicos y los entrenados con ayuda del refuerzo positivo profesional, es decir, con premios comestibles o caricias. «Los hallazgos sugieren que el uso de los collares electrónicos en perros no solo no implican beneficios reales en la educación canina, sino que, además, suponen un riesgo para el bienestar del animal«, añade Cooper.
Además muchas veces se utiliza el collar de adiestramiento como la opción rápida y fácil, en vez de antes pensar que quizás como propietario estás haciendo cosas mal cómo sobreexcitar al perro antes o durante el paseo, no realizar suficiente ejercicio al día,… Es más fácil poner un parche que trabajar en uno mismo.
El mismo estudio mencionado anteriormente realizado en el Reino Unido en 2014, comprobaron el efecto del uso del collar eléctrico en perros de compañía a la hora de mejorar la obediencia y la conclusión fue que no existían beneficios reales cuando se usaba un collar eléctrico en vez del refuerzo positivo a la hora de corregir la conducta. Sin embargo, sí se observaron mayores implicaciones negativas sobre el bienestar de los animales objeto de estudio.
Desde que salió la nueva ordenanza en Barcelona sobre la Tenencia responsable de Animales, los collares de adiestramiento, ya sean los eléctricos, de ahogo o con púas están prohibidos bajo pena de multa.
Pero no somos los únicos, países como Italia, Gales, Austria, Suiza, República Checa, Alemania, Nueva Zelanda y Australia, se castiga con multas de gran cuantía a los propietarios que usen collares eléctricos e incluso el uso de dichos instrumentos están penados por ley.
Y si alguien aún no se convence, el Dr. Peter Dobias, veterinario canadiense propone el siguiente experimento:
Rodear el cuello con las manos, los pulgares tocándose delante y los dedos en la nuca. Ahora, respire hondo y tirar con las manos hacia atrás sin separar los pulgares. Así es cómo se sienten muchos perros cuando tiran de la correa.
Si todavía les quedan ganas de profundizar en este experimento, coloca un collar de cadena de los llamados “de adiestramiento” o de estrangulamiento alrededor del cuello y conéctelo a una correa. Ahora pida a un amigo que tire de la correa de vez en cuando. “
Bibliografía:
http://www.freedogz.be/equipment/index.php?route=common/home
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