¿Te han enviado alguna vez un vídeo cómo este? ¿has visto en Facebook algún vídeo con risas de fondo en el que un perro se persigue la cola, da vueltas sin parar o se muerde una pata?
Las estereotipias son conductas repetitivas y sin función aparente que tienen la misma secuencia una y otra vez. Estas conductas compulsivas se manifiestan fuera de contexto y son repetitivas, exageradas y sostenidas en el tiempo.
El problema es que este tipo de conductas esconden algo y si no se tratan a tiempo pueden dar lugar a problemas muy graves como automutilaciones o infecciones secundarias, además de leves como dermatitis, oxidación del pelo, pequeñas heridas,…
¿Qué tipos de estereotipias hay?
Perseguirse la cola (Tail-Chasing).
http://www.youtube.com/watch?v=RWu9jneWaI0
Perseguir y/o gruñir a su sombra o reflejos.
Dermatitis Acral provocada por el lamido convulsivo en las patas.
A parte de perros y gatos también la pueden desarrollar otros animales domesticados:
Caballo: sacudir la cabeza convulsivamente, balancearse,…
Vacas: Enrollar la lengua,…
Cerdos: Morder los barrotes, masticar sin tener nada en la boca,…
Pollos: picotearse las patas y/o plumas,..
¿Que provoca la estereotipia?
Las estereotipias no son exclusivas de una fase de la vida del perro o del gato, ni distinguen entre sexos, sino que pueden surgir a cualquier edad tanto en machos como hembras.
Si bien es cierto que hay algunas razas más propensas a desarrollarlas (el pastor alemán tiene más tendencia a perseguirse la cola, la dermatitis por lamido es más típica en labrador, doberman, maltés, dálmata, etc.).
Las estereotipias normalmente son provocadas por un estado de ansiedad o estrés en el perro o gato, provocado casi siempre por el entorno en el que vive.
Cuando el perro o gato se encuentra en una situación de estrés que no sabe gestionar, siente que no puede controlarla y no sabe que va a pasar a continuación. En este momento entra en un estado de frustración o de conflicto, bloqueándose por la incapacidad de escapar de esa situación de estrés.
Al sentirse así empiezan realizando conductas de desplazamiento para redirigir su comportamiento, pero si la situación estresante continúa, se convierten en estereotipias.
Es decir, las conductas de desplazamiento son comportamientos o movimientos compulsivos, que se generan en una situación de estrés concreta una sola vez. Pero una vez ya ha transcurrido esa situación concreta no se vuelven a repetir. En cambio, las estereotipias son conductas compulsivas que se repiten en el tiempo.
Principales causas:
Problemas orgánicos: cualquier proceso que le cause dolor o un una sensibilidad cutánea alterada.
Ansiedad (puede ser la causa o la amplificación del problema).
Alteraciones en el mecanismo de los Opioides: Los opioides (endógenos) son sustancias que genera el propio cuerpo parecidas a la morfina y una de sus funciones más conocidas es la de «vencer» al dolor. Los perros y gatos afectados realizan conductas de automutilación para favorecer la producción de opioides.
Llamar la atención de los dueños. En cuyo caso tanto la risa de los propietarios como el castigo lo que harían seria reforzar ese comportamiento.
Aburrimiento, un entorno pobre en estímulos.
Frustración: querer hacer algo pero no poder (bien por una orden aprendida o bien porque físicamente no puede).
Incoherencia en las órdenes.
Uso inapropiado del castigo, castigos indiscriminados o castigos brutales.
Cambios en la rutina.
Ejemplos:
En el caso de un perro miedoso el cuál es llamado por una persona cercana y conocida; él quiere acercarse, pero algo dentro de él se lo impide (miedo). El perro en este caso haría una conducta de desplazamiento como rascarse o dar vueltas sobre sí mismo. Si esta conducta se repite en el tiempo y se hace crónica, puede convertirse en una estereotipia (Pozuelos, Álvarez, 2007).
Cuando el perro o gato tiene un frustración (está muy interesado en hacer algo pero no se le deja) como estar siempre encerrado sin contacto con personas, o en una casa de campo atado, puede morderse la cola, dar vueltas sin parar persiguiéndosela, dar paseos una y otra vez realizando el mismo circuito, lamerse convulsivamente las extremidades,…
Cuando un perro o gato tiene ansiedad por separación puede desarrollar una dermatitis
Acral (Granuloma por lamido) ya que no puede controlar su entorno, no puede controlar el hecho de que estén sus dueños o no estén.
Estos comportamientos no son ninguna cosa graciosa ni mona, sino que es un problema grave sobre el que debemos actuar por el bienestar de nuestro amigo peludo.
¿Cómo se puede tratar?
Debemos diferenciar entre las estereotipias causadas por algo orgánico, en cuyo caso deberás acudir a tu veterinario habitual, y aquellas causadas por el entorno, en cuyo caso deberemos modificar su conducta apoyándonos en un etólogo o adiestrador canino según el caso.
Las pautas de la modificación de la conducta guiadas por un etólogo o adiestrador serían:
Evitar los castigos, ya que pueden ser la causa del aumento del estrés y el orígen del problema. Se debe evitar sobretodo la utilización del «NO» ya que normalmente va asociada a castigo verbal o físico y esto le puede provocar más estrés y agravar el problema.
Instaurar una rutina con el perro o gato de comida, juegos y de interacciones sociales.
Estimularlos físicamente: paseos dejando oler, ir a correr con él, pelota… ya que el ejercicio físico hace aumentar los niveles de serotonina en sangre y les relaja. Es muy recomendable ir variando las zonas de paseo para que así tenga nuevos olores estimulantes, perros y personas distintas.
Estimularlos mentalmente:
Juego de rastreo: esconder trocitos de frankfurt o algo muy apetitoso por casa y que los busquen. Primero guiándolos y luego dejando que lo hagan solos.
Con juguetes interactivos. Sobretodo recomendado para perros o gatos con síntomas de dermatitis Acral por lamido o automutilación, ya que mientras están comiendo o no pueden lamerse o autolesionarse a la vez.
Realizar ejercicios de adiestramiento en obediencia o educación básica en positivo (evitar el NO) como por ejemplo la llamada, el sentarse, el suelta,…
Evitar reforzar la conducta con caricias o palabras tranquilizadoras, es decir,debéis ignorarlo.
En caso de que se hayan detectado perfectamente los estímulos que desencadenan la conducta compulsiva. Anticiparse al comportamiento y controlarlo (desensibilizarlo y contracondicionarlo).
Una dieta sana y equilibrada conforme a su edad y actividad física.
Cuando el perro o gato esté realizando la conducta compulsiva hay que distraerlo mediante una chuche, un ruido, un juego o darle una orden que estemos seguros que sabe y va a realizar, como sentarse, tumbarse o la llamada y acto seguido premiarlo con chuche y/o caricia.
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